Santiago, 22 agosto de 2025.– Con un fuerte llamado a la corresponsabilidad ciudadana, el Gobierno de Santiago realizó el cierre del programa Comunidad Contra el Fuego, una iniciativa ejecutada junto a la ONG Corporación Altos de Cantillana y la Red de Santuarios de la Naturaleza, cuyo objetivo ha sido fortalecer la prevención de incendios forestales en zonas de interfaz y resguardar los ecosistemas de los 12 Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana, que en conjunto suman más de 78 mil hectáreas de biodiversidad.

El proyecto surge en un escenario desafiante: solo en el verano pasado (2024-2025) la región registró 761 incendios forestales, con 6.241 hectáreas afectadas. Pese a que los siniestros aumentaron en un 40% respecto al periodo anterior, la superficie quemada disminuyó casi un 30%. Las provincias más impactadas fueron Chacabuco y Melipilla, que concentraron el 85% de la superficie dañada.

“Hoy en día vemos más incendios, pero con menor impacto. Estamos bien preparados para combatir incendios, lo que hay que mejorar ahora es la prevención, por eso como Gobierno de Santiago implementamos Comunidad Contra el Fuego, que fue un éxito ya que evitamos incendios en toda la Red de Santuarios de la RM”, explicó el Gobernador Orrego respecto al programa.

Ante esta realidad, Comunidad Contra el Fuego apostó por la prevención desde la educación, logrando instalar capacidades concretas en 13 comunas de la región. En su primer año de ejecución, el programa alcanzó a más de 5 mil personas, con acciones que incluyeron talleres en escuelas, capacitaciones comunitarias, ferias ciudadanas y campañas digitales. Entre los principales resultados destacan:

  • 313 personas capacitadas en prevención y primera respuesta frente a incendios forestales (43% mujeres).
  • 406 escolares de sectores rurales y urbanos sensibilizados en torno al cuidado de la biodiversidad en los Santuarios y el riesgo ante incendios forestales.
  • 12 kits de herramientas forestales entregados a comunidades estratégicas.
  • Más de 1.000 integrantes en la Brigada Digital, red de alerta preventiva activa en comunas como Tiltil, Pirque y Melipilla.

“Este programa nos deja aprendizajes muy valiosos: comunidades más organizadas, capacidades instaladas y una red activa de prevención. El desafío ahora es mantener este compromiso, porque la temporada que se inicia traerá nuevamente riesgos importantes, y solo con corresponsabilidad podremos enfrentarlos”, señaló Mauricio Fabry, jefe de la División de Planificación y Desarrollo Regional.

El trabajo territorial también dio frutos concretos: durante el verano del 2024-2025 ninguna hectárea dentro de los Santuarios de la Naturaleza de la RM resultó afectada por incendios forestales. “Cada verano vemos cómo el fuego amenaza tanto los ecosistemas como la seguridad de las familias. Con Comunidad Contra el Fuego demostramos que la prevención es posible cuando se activa desde las comunidades. Acciones simples, como mantener cortafuegos o despejar material combustible en el entorno de las viviendas, reducen significativamente el riesgo de propagación”, destacó Fernanda Romero, coordinadora del programa.

Por su parte, la directora regional de CONAF RM, Elke Huss expresó que “este programa de prevención de incendios forestales en sectores rurales y zonas de interfaz es un aliado para reducir las amenazas, al entregar formación y metodologías, junto con un fuerte énfasis en la educación y la generación de consciencia ambiental”.

Además de la acción comunitaria, Comunidad Contra el Fuego impulsó espacios de gobernanza y articulación. Un hito clave fue la tercera sesión de la Mesa Multisectorial, realizada el 10 de julio, donde participaron más de 40 representantes de instituciones públicas, privadas y sociales —incluyendo CONAF, Bomberos, municipios, academia y brigadas locales—, con el fin de planificar coordinadamente la temporada 2025-2026.

Con estos avances, Comunidad Contra el Fuego se proyecta como un modelo replicable a nivel nacional, reafirmando que la prevención efectiva solo es posible con comunidades conscientes, herramientas adecuadas y alianzas sólidas entre la ciudadanía, las instituciones y el Estado.